Batalla perdida
Desde mi azotea
veo llegar a los soldados
marchitos, como flores en invierno
caminan,
los ojos perdidos en el lodo
las manos en la angustia
de ver perdido su hogar para siempre.
Han luchado en vano
contra en enemigo invisible de sus vidas
sin darse cuenta de que estaban matando el futuro de sus hijos
que nunca nacieron.
Resoplan los estallidos tras sus pasos
Son los latidos de su corazón
que muere a cada paso dado.
Las batallas están perdidas
desde el momento en que comienzan,
pero eso,
nadie se lo había dicho.
Como siempre.
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